La vitamina
del sol.
La comUnidad se alimenta
La luz solar es un gran alimento. Nuestro cuerpo puede sintetizar vitamina D cuando la piel entra en contacto con la luz solar. Pero no es cuestión de tumbarse a las 3 de la tarde en pleno agosto durante dos horas para obtener sus beneficios. Ni salir a la montaña sin ropa que nos proteja de altas exposiciones. Un ratito al día, entre 8 y 15 minutos es más que suficiente.
La vitamina D desempeña un papel clave ayudando a la absorción de calcio. Este micronutriente participa en la contracción muscular y junto con la vitamina D mantienen nuestra salud ósea.
Observemos el impacto de la vitamina D con una mirada holística
La medicina holística trata a la persona en su conjunto, considerando aspectos físicos, emocionales y ambientales. La relación entre la vitamina D, la exposición solar y la salud puede ser abordada desde una perspectiva holística, considerando tanto la nutrición como el bienestar emocional y los hábitos de vida.
Esta vitamina tiene un impacto positivo en el sistema inmunológico, en la función cardiovascular y en la salud mental.
Su deficiencia, evidentemente, no trae buenas noticias, ya que se ha relacionado con enfermedades como la diabetes tipo 2, osteoporosis, enfermedades autoinmunes, cardíacas y trastornos del estado del ánimo.
La deficiencia de vitamina D es común en regiones con inviernos largos y poca exposición solar. También puede ser más prevalente en personas con piel más oscura, ya que necesitan más tiempo de exposición al sol para sintetizar vitamina D.
Un rayo de sol…y ricos alimentos!
Además de tomando el sol, la vitamina D se puede obtener a través de ciertos alimentos como pescados grasos como el salmón o la trucha, huevos, algunos hongos y setas (como los champiñones) que hayan sido expuestos a la luz solar antes o después de su cosecha y leche fortificada. Es de vital importancia asegurarse de que todos estos alimentos provienen de fuentes naturales, granjas y huertas ecológicas, en lugar de consumir estos mismos alimentos procesados, que como aprendimos en el curso de Alimentación Viva, no podemos llamarlos alimentos, sino comestibles y que en la mayoría de los casos han perdido sus propiedades. Estos alimentos incluídos en una dieta equilibrada nos ayudan a mantener niveles adecuados de otros micronutrientes que también nos aportan salud.
Seguimos dando luz en el próximo artículo!
Referencias adicionales:
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